Manuel Urbano evoca la poesía de Juan Martínez de Úbeda en el ensayo 'El juego de la flor'
El Instituto de Estudios Giennenses (IEG) de la Diputación de Jaén ha editado El juego de la flor, un ensayo del escritor jiennense Manuel Urbano Pérez Ortega sobre la obra y producción literaria del poeta Juan Martínez de Úbeda (1916-1963). La poesía de Juan Martínez, que adoptó el apellido de su pueblo natal durante su estancia en Valencia, puede encuadrarse dentro de la segunda generación del 36, según el registro aceptado de Gerardo Diego, o bien en la primera generación de posguerra.
La revalorización del sentimiento, el vitalismo y el intimismo, así como el inconformismo y una cierta rebeldía, son las características que definen a los autores de esta época literaria y que, a juicio de Manuel Urbano, comparte el poeta ubetense. Junto a las señas de identidad comunes, la poesía de Juan Martínez de Úbeda destaca, apunta Urbano, por la clara imaginería lorquiana, algo que contrasta con su pleno rechazo al folclor andaluz y, muy en especial, al flamenco. De otro lado, el poeta hace patente su más firme adhesión garcilasista y en la que puede estar evidente la neta influencia de Dionisio Ridruejo. Otras constantes de su producción poética fueron su muy humana reflexión existencial y una profesión de fe, como demuestra en algunos de sus sonetos.
El ensayo de Manuel Urbano hace un recorrido por la abundante producción literaria de Juan Martínez y saca a la luz 14 poemas inéditos. De sus libros destacan La voz de las espigas (1951), El cántico del agua (1952); y, sobre todo, Voz en vuelo (1952) marcado por la sonoridad del verso y la frescura y sencillez de sus sonetos, décimas, romances o seguidillas. Tampoco faltan a veces sus composiciones altisonantes de nacionalismo nostálgico, de enardecido patriotismo, tan al gusto de la época. Y en otras ocasiones el autor ensaya, casi de puntillas, la poesía social, con alusiones a la despoblación de la provincia jiennense en la posguerra.
Con todo, la producción poética de Juan Martínez quedó reducida en buena parte al ámbito provincial, aunque también fueron numerosas sus colaboraciones en revistas y periódicos de la época. Martínez de Úbeda falleció a los 47 años en Linares víctima de un cáncer de garganta, sin que llegara a ver publicada su obra Elegía al pastor de Marmolejo. Un año después de su muerte sus amigos editaron Últimos poemas, una entrega que comprendía 16 variadas composiciones, seis de ellas inéditas.
Manuel Urbano, que ejerce como asesor cultural de la Diputación de Jaén, une este ensayo a la larga lista de publicaciones editadas tanto en prosa como en verso. Su último libro poético fue Paseos en Jaén (París, 2001). También es autor de numerosos estudios literarios y ensayos.